¿QUE ES LA TERAPIA REGRESIVA?

En realidad, esta es la forma coloquial, de llamar a la terapia o psicología transpersonal y de la que uno de sus descubridores, en 1960, fue el médico, psiquiatra y psicólogo Dr. Stanislav Groff quien, en 1992, publicó el libro La Mente Holotrópica en el que plasmó, con todo tipo de detalles que es y en que consiste esta terapia.

El que Groff la nominara como psicología transpersonal – más allá de la persona – no anula el hecho y la realidad de que, con anterioridad a 1960, podamos contemplar una gran cantidad de artículos y libros publicados por diferentes autores médicos, filósofos y psicólogos, en los que hacen referencias a las experiencias que tienen con pacientes en estado regresivo, pudiéndonos remontar a Sócrates, Platón y Aristóteles quienes 400 años A.C. ya muestran en sus escritos, la capacidad que tiene el ser humano de entrar en estado regresivo para revivir experiencias sucedidas con anterioridad a su momento presente y cargadas de disturbios emocionales sin resolver  cuyo origen desconocen, ya que no están contemplados por su consciente por lo que no tienen consciencia del hecho o suceso responsable de dichos disturbios emocionales.

El ser humano posee la Capacidad Natural de estar en Estado Expandido de Conciencia, de forma espontánea, cuando conecta con una emoción cuyo origen desconoce, y esta cualidad le permite ser capaz, de forma simultánea, de situarse en el presente de la experiencia, hecho o suceso, donde está el origen de sus disturbios emocionales a la vez que, en todo momento, se mantiene consciente en su actual presente permitiéndose, de esta forma, hacer consciente lo inconsciente o, lo que es lo mismo, tomar consciencia de las vivencias responsables de los disturbios emocionales que le están afectando y de cuyo origen no es consciente por estar solamente  activados en su Conciencia o Alma.

Nuestro consciente reconoce como vida lo que estamos viviendo ahora en el cuerpo que tenemos, pero solo sabe de ella desde la edad de 5 a 7 años hasta nuestro momento actual, ya que no tiene registrada nuestra estancia en el vientre materno ni nuestro nacimiento, por eso no recordamos haber nacido ni tampoco nuestra estancia en el vientre de nuestra madre.

En cambio, nuestra Alma si tiene conocimiento de nuestra estancia en el vientre materno al igual que, también sabe lo sucedido durante nuestro nacimiento, pudiendo llegar a ese conocimiento, cuando utilizamos la capacidad de estar en estado expandido de conciencia, lo que nos permite revivir todo lo sucedido desde antes del momento de la concepción hasta después del nacimiento. Y contrastando los detalles de esta experiencia con el testimonio de su madre, es fácil comprobar la veracidad de esta, pudiendo desechar la posibilidad de que la vivencia que ha tenido el paciente haya sido una invención o fruto de su imaginación.

De igual manera cuando el ser humano en estado expandido de conciencia va siguiendo el hilo conductor de la emoción con la que ha conectado para llegar al origen de esta, esto le puede llevar a revivir experiencias que, él mismo, identifica como de vidas pasadas, o lo que es lo mismo, experiencias en las que su Alma estuvo encarnada en cuerpos anteriores y diferentes al actual. Esto le va a permitir, además de solucionar el disturbio emocional, poder revivir su muerte en dichos cuerpos accediendo así al conocimiento de lo que es y en que consiste el proceso de la muerte y es en este punto en el que todos los pacientes reviven una experiencia similar en la que, independientemente de la causa de la muerte, aseguran haber salido de su cuerpo y estar observándolo  desde fuera, estando ausentes de dolor y con la sensación de atemporalidad, es decir, no hay tiempo ni espacio  y, seguidamente, dicen estar observando una luz que les transmite una Paz y un Amor como nunca antes habían sentido al igual que, afirman observar la presencia de seres de luz que vienen a su encuentro, entre los que suelen identificar y reconocer a familiares, que les habían antecedido en la experiencia de la muerte.

Cuando acceden a la Luz aparece la inefabilidad, o lo que es lo mismo, la dificultad que presentan desde su consciente para poder encontrar las palabras adecuadas que, de forma razonada, describan las emociones y sensaciones que están viviendo y sintiendo cuando se encuentran en el plano espiritual del que todos venimos para encarnar y al que tenemos que volver, antes o después, y reencontrarnos con la verdad. 

Sería un error identificar exclusivamente estado regresivo con estado expandido de conciencia ya que esta cualidad también permite al ser humano entrar en contacto con espíritus que ya han pasado por el tránsito de la muerte.

La mayoría de las veces se trata del espíritu de un familiar o amigo que ya pasó por el tránsito de la muerte y que, en vez de marchar a la Luz, ha decidido quedarse junto al paciente para cuidarlo y consolarlo ya que, la pena y dolor que sentimos por la pérdida de nuestro ser querido hace que este se quede a nuestro lado en la mayoría de las ocasiones.

El terapeuta tiene la posibilidad de, a través del paciente y su colaboración, ayudar a ese ser desencarnado a encontrarse con la Luz, que es el lugar al que debemos de volver una vez que, durante el proceso de la muerte, abandonamos el cuerpo físico.

La terapia regresiva es una necesidad que surge como consecuencia de que el ser humano, de forma espontánea, al conectar con una emoción cuyo origen desconoce es capaz de entrar en estado expandido de conciencia y, en ese momento, necesita estar junto a una persona debidamente formada y cualificada para que le pueda acompañar en esa experiencia de la que, hasta este momento no era consciente pero que se le presenta de forma real y evidente. La única misión del terapeuta es acompañar al paciente y ayudarle a hacer consciente lo inconsciente.

Para buscar algo en el fondo de un baúl, no necesitamos moverlo del sitio en el que se encuentra, nos bastaría con meter la mano. Del mismo modo, en terapia regresiva, el paciente no retrocede a ningún lugar si no que, su estado expandido de conciencia le permite “meter la mano” en las profundidades de su Alma para encontrar el origen de esos disturbios emocionales, remanentes de experiencias inconclusas vividas en momentos anteriores a su momento actual, para poder resolverlos haciéndolos conscientes. Siendo su consciente quien, al ser testigo de la experiencia revivida, la sitúa en tiempo y espacio, identificando épocas anteriores a la actual en las que el cuerpo físico era diferente cuando, en realidad, el origen del problema está en el presente de su Alma.

Las experiencias inconclusas son aquellas vividas con anterioridad, cuando el pasado era presente, en las que cuando llegó el momento de la muerte quedaron disturbios emocionales sin resolver y que el Alma, al sobrevivir al cuerpo físico, se queda con ellos. 

Al estar encarnados ahora en nuestro actual cuerpo, estos disturbios emocionales sin resolver siguen latentes en nuestra Alma activándose cuando, por la causa que sea, vivimos experiencias o sucesos similares a los que en su origen provocaron este tipo de disturbios siendo, en ese momento, cuando comienzan a afectarnos, no siendo capaces de encontrar su origen.  

Para nuestro consciente la vida es la experiencia en nuestro actual cuerpo, pero para el Alma es una experiencia más en otro cuerpo físico de ahí que, mientras que el consciente solo está viviendo esta vida, el Alma puede estar viviendo varias vidas de forma simultánea.

La terapia regresiva no es la panacea y con ella no se resuelve todo, está indicada para todas aquellas situaciones presentadas por el ser humano que son etiquetadas como de origen psicosomático, pero lo más importante es que en estado regresivo el ser humano descubre que:

  • Es un ser espiritual encarnado en un cuerpo físico.
  • Tiene una capacidad de amar infinita.
  • Tiene una capacidad de perdonar infinita.
  • Sobrevive a la muerte del cuerpo volviendo al plano espiritual.

Ante esta evidencia basada en la observación de varios miles de seres humanos en estado regresivo, es fácil deducir que el secreto para podernos acercar lo más posible a la felicidad, durante nuestra actual encarnación, solamente consiste en:

AMAR Y PERDONAR

 

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